viernes, 17 de marzo de 2017

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA EN ALICANTE (I)

Por fin llegamos a ELDA. Sin esperar a que parase el tren, me tiré y a paso ligero me encaminé hacia casa. Cuando llegué, al verme en un estado lamentable, mi familia mezcló sollozos de alegría y pena.
Como se temían represalias de los vencedores, y yo era demasiado conocido en el pueblo, tenía que huir. Me despedí de mis padres y hermana y, con inmenso dolor, puse rumbo al puerto de ALICANTE. En el trayecto aún me quedaba un atisbo de esperanza, la necesidad de creer que, al probar mi suerte, conseguiría salir del infierno que se avecinaba para los desgraciados y vulnerables derrotados. (...)
El ajetreo en ALICANTE era intenso. En los intentos de firmar el fin de la guerra, se había acordado declarar el puerto de ALICANTE "zona internacional" para facilitar la salida al extranjero de todas aquellas personas que optasen por abandonar el país. Para ello INGLATERRA y FRANCIA debía proveer de barcos.
Provenientes de todas las direcciones, hombres y vehículos marchaban hacia el puerto, provocando enormes atascos. Al poco tiempo, la dársena quedó ocupada por los transportes abandonados. El amontonamiento se fue extendiendo a lo largo de las vías próximas a la explanada y de la contigua playa. Entrando en aquella zona, había una corriente continua de hombres ansiosos, desaliñados y sin afeitar. Eramos los desgraciados soldados de la malograda República. Había militares de todas las armas, categorías y rangos, aunque abundaban los oficiales y los comisarios políticos.
La dársena se fue llenando de hombres decaídos que se sentaban o tumbaban entre los montículos de lentejas que había depositados allí. Aunque no había ni rastro de barcos en el horizonte, en nuestros ojos aún brillaba una chispa de esperanza. Poco a poco ese sentimiento dejó paso a la ansiedad, reflejada en todos los rostros. Ya no nos preguntábamos cuándo llegarían los barcos, sino "si llegarían a tiempo".

Paurides González Vidal, Vida y hechos de Paurides González Vidal, Quinta impresión, S.L., Alicante, 2004, página 154.


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