Elda en los libros y en la historia
Por eso, cuando contemplo tantos y tantos
miles de volúmenes, que, al parecer, no ha leído nunca nadie, en las
Bibliotecas -cementerios vivientes- o en el osario informe de los puestos
de libros viejos, jamás, jamás pienso que sus autores, sin fama, perdieron el
tiempo al escribirlos. El que "cualquiera hubiera podido leerlos" ha
bastado para aliviar el alma de muchos autores insignificantes; y para salvar a
algunos autores del suicido o la desesperación.
Gregorio Marañón, Amiel, un estudio sobre
la timidez,
Madrid, Espasa-Calpe, 1978,
página 14.
ÉRASE UNA VEZ
Todas
las historias comienzan con “érase una vez”. La nuestra sólo pretende hablarnos
de lo que fue una vez. (…) ¿Te has colocado en alguna ocasión entre dos espejos?
¡Tienes que probarlo! Lo que en ellos ves son espejos y espejos, cada vez más
pequeños y borrosos, uno y otro y otro; pero ninguno es el último. Incluso
cuando ya no se ven más, siguen cabiendo dentro otros espejos que están también
detrás, como bien sabes.
Eso
es, precisamente, lo que ocurre con el “érase una vez”. Nos resulta imposible
imaginar que acabe. El abuelo del abuelo del abuelo del abuelo… ¡qué mareo!
Pero, vuelve a decirlo despacio y, con el tiempo, lograrás concebirlo. Añade
aún otro más. De ese modo llegamos a una época antigua y, luego, a otra
antiquísima. Siempre más allá, como en los espejos. Pero sin dar nunca con el
principio. Detrás de cada comienzo vuelve a haber otro “érase una vez”.
¡Es
un agujero sin fondo! ¿Sientes vértigo al mirar hacia abajo? ¡También yo! Por
eso vamos a lanzar a ese profundo pozo un papel ardiendo. Caerá despacio, cada
vez más hondo. Y al caer, iluminará la pared del pozo. ¿Lo ves aún allá abajo?
Continúa hundiéndose; ha llegado ya tan lejos que parece una estrella minúscula
en ese oscuro fondo; se hace más y más pequeño, y ya no lo vemos.
Así
sucede con el recuerdo. Con él proyectamos una luz sobre el pasado. Al
principio, iluminamos el nuestro; luego, preguntamos a personas mayores; a
continuación, buscamos cartas de individuos ya muertos. De ese modo vamos
proyectando luz cada vez más atrás. Hay edificios donde sólo se almacenan notas
y papeles viejos escritos en otros tiempos; se llaman archivos.
Ernst H. Gombrich, Breve
historia del mundo,
Barcelona, Círculo de Lectores, 2000, págs. 11 y 12.
1. ¿Quién fue Alberto Navarro Pastor? ¿Quién es Antonio Porpetta?
2. ¿Quién fue Andrés Manjón?
3. ¿Qué usos ha tenido, a lo largo de la historia, la Biblioteca Alberto Navarro y el Colegio
Padre Manjón?
4. ¿Qué son las fuentes históricas?
5. ¿Cómo se llaman las fuentes históricas anteriores al
descubrimiento de la escritura?
6. ¿Qué fuente histórica estarías utilizando si preguntas a
tus abuelos cómo se vivía, en su juventud, en Elda?
7. ¿Qué es un Archivo histórico?
8. ¿Qué tipo de fuentes históricas puedes encontrar en una
Biblioteca?
9. ¿Qué es la Clasificación Decimal Universal (CDU)?
10. ¿Cuáles son los
números de la Literatura y de la Historia en la tabla de materias de la CDU?
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